Tras recibir el soplo de uno de nuestros infiltrados respecto a las intenciones de capturar el sistema de comunicaciones del sector 33 por parte de las tropas asiáticas, mi destacamento se preparó para una escaramuza con suficiente antelación y pudo tomar posiciones ventajosas para tratar de impedir el control de los amarillos.
Nuestro magnífico tirador Zahyedan tomó una posición elevada y fue capaz de aguantar durante toda la escaramuza, causando numerosas bajas entre sus remotos y algún que otro especialista, y lo que es más importante, consiguió hacer cundir el pánico y desestabilizar al teniente enemigo, que no debía ser un veterano.
De hecho, el teniente se colocó en una posición muy expuesta y nuestro infiltrador Fiday estuvo a punto de neutralizarlo a las primeras de cambio, pero consiguió escapar y esconderse en el edificio más grande de la zona. Nuestro Fiday decidió dejarlo ir y concentrarse en el resto de objetivos por si requeríamos de sus especiales servicios.
Mientras el Zahyedan iba derribando tropas, los dos Muttawiah se adelantaron, como suelen hacer contra toda lógica, barriendo de explosivos el campo de batalla, y en una acción más heroica de lo habitual, aislar a su IP más peligrosa, lo que sin duda fue la derrota de sus tropas, que ya estaban bastante diezmadas.
En ningún momento plantaron cara ni opusieron apenas resistencia, dejando que capturásemos la mayoría de las antenas de la zona mientras estaban a cubierto.
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